Inundado, asaltado por la poesía. La nunca lineal metodología del verbo enrojecido de pasión, de la palabra encumbrada sobre el viento, de la irritable verdad del mediodía.
Así sus coplas me hieren con la novedad del acertijo, porque no sé de dónde ha nacido tal inspiración, y adónde tanto viaje en solitario.
Y no dejo de sucumbir, gota a gota, al torrente impávido de un verano que envejece, de un otoño que se asoma.
Y esta voz inmortal, esta posesión, esta palabra que no cesa, se alimenta de mi alma y de mi mano y me deja, exhausto, a la orilla de mí mismo.
Santiago, 3 de marzo de 2009.
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