30.10.10

Esta noche, mis letras van conmigo.

Y van seguras como el aire. Y van serenas como la mirada que quieren escrutar. Pero ella está distante, más lejana que cualquier estrella, porque entre su cuerpo y el mío, entre su alma y la mía, corren espacios infinitos... Por eso mi esperanza es calma, no es ansiosa. Por eso mi amor es cauto, no es un torbellino. Por eso mi fe está puesta en mi destino, no en su veredicto. Y por más que viene a mí la bruma a enceguecerme, por más que acecha la duda a enloquecerme, la pena a entristecerme, tengo una certeza ineludible de bondad, de justo premio, de descanso, de irrenunciable bendición. Porque aunque solo, nunca voy solo, mis letras esta noche van conmigo.

22.6.10

OSCURIDAD

De estas horas tristes, de esta pesada carga nadie nos rescata. Ni el cielo con sus promesas hechas añicos hace tiempo, ni la tierra con sus brazos llenos de mentira y desengaño.
En estas horas ciegas, sin tiempo ni final, donde somos más pequeños, donde somos menos cada día, buscamos alimento entre las hojas de los parques, esas amarillas, yertas, llenas de abandono.
En estas horas negras, donde todo es pesadilla, se nos apaga la luz que va quedando, se nos nubla la esperanza y se achica el pecho y la memoria.
En estas horas muertas, donde cada esfuerzo es vano, donde la mente se quiebra y oscurece, surgen los monstruos viejos ya enterrados, resucita la amenaza de Belial.
En estas horas sin sentido, hijas del caos o de la locura de dios, tiene sentido la noche como tumba, como cierre, como muerte y sepultura, porque nada queda rescatable, cuando todo falló.
En estas horas dementes, donde habita lo peor, se hace fuerte el cobarde, se hace noble el cabrón, porque estamos a expensas de todo, porque nada ni nadie está con nosotros.
En estas horas mortales, tiene lugar la sentencia, hija del caos o del Hado, donde nada pueden nuestras manos, donde es fatuo el corazón, preparo el cuerpo a la muerte, preparo el alma al horror.
Santiago, 22 de junio de 2010.

2.6.10

No ser

¡Qué ganas de partir!
¡Qué ganas de irme lejos!
¡Qué ganas de llegar, ya, donde nada tiene nombre!
¡Qué ganas de desaparecer donde no haya nada qué creer, amar ni esperar!
¡Qué ganas de no ser jamás!
Santiago, 2 de junio de 2010.

18.5.10

Noche oscura

¡Qué frío y qué silencio por las calles!
¡Qué oscuro y doliente va el alma!
Esa certeza negra, esos pasos rotos, la mirada nublada, el pecho entristecido.
Así vaga el ánima eterna del caído. Así claman sus horas vanas, una oración sin gloria.
Así desoye su rumor honesto y podrido, un dios sin nombre, en un cielo sin orillas.
Santiago, 18 de mayo de 2010.

28.4.10

Ya es noche

Acá donde se habita a tientas, donde se predica una verdad cada día más lejana, más extraña, más impropia. Acá donde quedan pocos espacios para ser.
Acá donde acotamos la mirada al interior, donde resolvemos ir despacio y desconfiando, donde de seguro muchos caerán.
Acá donde el valle se estrecha al caminar, donde la noche se dilata en la mañana, donde queda poco en qué creer.
Acá se levanta nuestra alma de la tierra, se inunda nuestro pecho con una nueva convicción y una esperanza:
Nos sabemos solos, infinitamente responsables, armados de valor. Porque corren tiempos de incerteza, donde no basta creer ni amar, sólo esperar.
Nos sabemos diestros, preparados, para alzarnos: esta es nuestra hora, el cenit de la pequeña luz que habita dentro, la respuesta final a la pregunta de los primeros días, de la noche que se hizo amiga... que se quedó para siempre.
Santiago, 28 de abril de 2010.