Donde no quedaba nada. Donde todo se perdió. Donde no acaba de morir una canción de abril, se abre una esperanza.
De la grieta enorme de una tierra ensangrentada. De entre las orillas torpes de ríos abusados. Desde la cima de las colinas hace tiempo envejecidas. Desde la niebla añeja de ojos ciegos.
Con la fuerza escondida en la pobreza de sus pasos. Con la nobleza guardada en una carta. Con la incredulidad a punto de triunfar. Con la sensación profunda de un nuevo comenzar.
Ahi, en el centro de este punto de partida y de retorno, surge incontestable, sublime, el fénix de mil caras, espalda de mil historias divididas, raptadas por una promesa.
Y en su resurgir, hace tiempo prometido, restaura con sus brazos malheridos algo del sentido, algo del tiempo ya perdido. Cansado de morir, inaugura un nuevo orden: novus ordo seclorum...
Rancagua, 6 de febrero de 2009.
6.2.09
Novus Ordo Seclorum
Pubblicato da
Marcelo Venegas Maldonado
a
Friday, February 06, 2009
Etichette: Pasajero 23, El camino, Impresiones EL CAMINO
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