En mi casa habita el silencio, porque no llegas todavía, porque te anuncias en la sonrisa escabullida a una tarde en el vagón, porque te asomas en la simpatía de una voz alegre, porque apareces en la rubia elegancia de hoy...
Pero, me pregunto todavía: "¿dónde estás?, ¿por qué no estás?, ¿qué esperas?, ¿volverás?
Y me responde el aire un tímido murmullo. Y me responde la noche un fugaz resplandor. Y me responde nadie y me lo dice todo.
Y duele saberte tan lejos, aunque cerca. Y duele vivir muriendo. Y duele no saber si fue, si es, si no será.
Y sobra tanto en mí esta noche, porque todo es para ti que todavía no estás...
Santiago, 15 de diciembre de 2009.
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