10.4.08

La magia nunca terminó

Ya eras grande cuando te conocí. Yo siempre fui un niño para ti y, aunque joven partiera de tus brazos, nunca fui lejano a tu sonrisa y a la luz de tu recuerdo. Ahora, que hace tiempo te vi partir entre los míos, me dice la noche que estás vivo, que caminas por esas calles mías húmedas y solas, que estás en la mano que me ayuda, en la palabra de aliento, en la fuerza que me guía cada día. Me sabes solo, incomprensiblemente solo. Me sabes fuerte y débil, curtido en el dolor sin nacimiento. Me sabes soñador y escéptico, profeta de conciencias insaciables. Me sabes amigo en la palabra y viajero sin destino prefijado. Y yo te sé también, poniendo dulces en mis bolsillos, haciéndote el encontradizo en los buenos corazones -gente extraordinaria en el sendero-, alimentando mi alma fatigada, mi fe desfalleciente, mi esperanza corroída, mi amor sin despertar. Así te siento, padre amigo mío, doblando mi fuerza, venciendo conmigo y por mí esta guerra sin nombre, estos sudores sin final. Como el héroe que no soy, herido de tantas convicciones, te necesito y te vivo junto a mí porque, como El Cid Campeador, vences batallas después de muerto. Por eso me recuerdas al mago de la pantalla que ve, viaja y vive todo con su luz espiritual, esa que te regalaron un día que se perdió en la historia, esa que me revelaste la víspera de tu partida, esa que vive en mi memoria. Ahora, que debo continuar, te oigo decirme al oído, clavando en mi tus ojos inmortales, tu sonrisa divinal: "la magia nunca terminó"... Padova, 10 de abril de 2008.

1 comment:

nadjaromanovich said...

Le escribiste a tu progenitor, que bello me emocionaste, él siempre te acompaña no estás solo, aqui hay una cabra.chica que te quiere mucho y que agradece que aparecieras, asi como los angeles...
porque en eso te convertiste en Mi Angel de Paz
Te quiero mucho y te mando un abrazo a la distancia.

Nadja