20.3.08

Estos dias

Son velas que titilan en rincones olvidados. Son cantos que humean grisáceos por el aire entumecido. Son luces de vigilia, en medio de una noche repentina, lenta, pesada, sin final. Son estrépito inadvertido, mueca envejecida de una mañana de invierno. Son, acaso, el paso del tiempo, torturando todos los relojes. Son la quiebra, el llanto del reloj del alma. Son la lúgubre expresión de la esperanza, la ansiedad de toda espera. Son la pesada carga enquistada en el cuerpo, colmada de su sangre. Son la idea que no cesa en la mente amarillenta. Son las sobras de discursos milenarios, repetidos, mortecinos. Son voces para quien espera el sonido de otra voz. Son provocaciones de otro mundo, enigmas del alto cielo. Son campanas que no cesan de volar. Son silencio insoportable a cada paso. Son sueños de sueños. Sueños de otros días. Días solos, sólo días. Días de estos días. Padova, 20 de marzo de 2008.

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