Mi relato, pasajero, sabe a aventura y desventura, a dolor y regocijo, porque es de dulce y agraz, porque no puedo detenerme, porque me llevan a brazo partido destino y libertad.
El hado en mis manos escrito, la boca que me maldijo, la mano que me bendice. El azar de cada esquina, de cada encuentro fortuito. Los ojos que descubren el camino a seguir.
Mi espíritu sabe de libertad y mi cuerpo de los cuatro puntos cardinales. Mis pies anduvieron humildes tantas leguas, para abrazar saberes y sentires de culturas que habitan en algún lugar del alma, antes de nacer.

Mis ojos han visto más allá del horizonte lo que prometían esos rieles viejos de Ovalle, esos trenes antiguos y vividos. Y se han emocionado tantas veces con tanta intensidad, con la inmensidad del mar, con el poder del desierto, con la belleza oculta a tantos en los rincones más olvidados de cualquier ciudad.
Mis oídos gustan escuchar idiomas y dialectos, expresiones llenas de humanidad, en boca de sabios tan sencillos, como los que comparten el té con menta en Palestina, como el gesto protector en Djerba, como la lección de los fados en Lisboa en una noche de tristeza y soledad.
Mis labios han gustado el amor y la pasión del continente en tantas lenguas descritos, y han besado cada vez, con la inocencia del que empieza, con el temblor del que arriesga, con la convicción del que encuentra, con la intensidad del que se va.
Mis manos han superado sin temor las fronteras de la mente y han hecho amigos tantos pueblos, tocando sus ruinas, su historia y su hermandad, sentado a la mesa amable del desconocido, del ángel escondido y revelado en el peligro.
Y puede pensar el viajero, pasajero 23, que todo es sueño o es designio, que todo es misterio o claridad, que todo es su destino o acaso libertad.
Padova, 15 de octubre de 2007.
2 comments:
Me gustan tus palabras viajero.
Me gusta lo que evocan, lo que callan, lo que revelan de tu alma, lo que cantan...
No recuerdo cual es la canción que dice: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Nos leeremos por estos lares.
El Hada de ese otro mundo
Hada:
Se llama, justamente, "Caminante no hay camino" de Serrat, pero del poema original de Antonio Machado.
Por estos lares nos leeremos, por estos deambulares.
Pasajero 23 y el Hado.
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