tag:blogger.com,1999:blog-200069462024-03-14T03:02:25.508-03:00Pasajero 23Caminante no hay camino, sino estelas en el mar...Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.comBlogger107125tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-20528192501591673342010-10-30T22:47:00.002-03:002010-10-30T22:53:32.353-03:00Esta noche, mis letras van conmigo.<div align="justify">Y van seguras como el aire. Y van serenas como la mirada que quieren escrutar. Pero ella está distante, más lejana que cualquier estrella, porque entre su cuerpo y el mío, entre su alma y la mía, corren espacios infinitos...
Por eso mi esperanza es calma, no es ansiosa. Por eso mi amor es cauto, no es un torbellino. Por eso mi fe está puesta en mi destino, no en su veredicto.
Y por más que viene a mí la bruma a enceguecerme, por más que acecha la duda a enloquecerme, la pena a entristecerme, tengo una certeza ineludible de bondad, de justo premio, de descanso, de irrenunciable bendición.
Porque aunque solo, nunca voy solo, mis letras esta noche van conmigo.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-810124134036502552010-06-22T20:17:00.002-04:002010-06-22T20:31:54.061-04:00OSCURIDAD<div align="justify">De estas horas tristes, de esta pesada carga nadie nos rescata. Ni el cielo con sus promesas hechas añicos hace tiempo, ni la tierra con sus brazos llenos de mentira y desengaño.</div><div align="justify">En estas horas ciegas, sin tiempo ni final, donde somos más pequeños, donde somos menos cada día, buscamos alimento entre las hojas de los parques, esas amarillas, yertas, llenas de abandono.</div><div align="justify">En estas horas negras, donde todo es pesadilla, se nos apaga la luz que va quedando, se nos nubla la esperanza y se achica el pecho y la memoria.</div><div align="justify">En estas horas muertas, donde cada esfuerzo es vano, donde la mente se quiebra y oscurece, surgen los monstruos viejos ya enterrados, resucita la amenaza de Belial.</div><div align="justify">En estas horas sin sentido, hijas del caos o de la locura de dios, tiene sentido la noche como tumba, como cierre, como muerte y sepultura, porque nada queda rescatable, cuando todo falló.</div><div align="justify">En estas horas dementes, donde habita lo peor, se hace fuerte el cobarde, se hace noble el cabrón, porque estamos a expensas de todo, porque nada ni nadie está con nosotros.</div><div align="justify">En estas horas mortales, tiene lugar la sentencia, hija del caos o del Hado, donde nada pueden nuestras manos, donde es fatuo el corazón, preparo el cuerpo a la muerte, preparo el alma al horror.</div><div align="justify">Santiago, 22 de junio de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-331718273874975652010-06-02T15:12:00.003-04:002010-06-02T15:17:41.966-04:00No ser<div align="justify">¡Qué ganas de partir!</div><div align="justify">¡Qué ganas de irme lejos!</div><div align="justify">¡Qué ganas de llegar, ya, donde nada tiene nombre!</div><div align="justify">¡Qué ganas de desaparecer donde no haya nada qué creer, amar ni esperar!</div><div align="justify">¡Qué ganas de no ser jamás!</div><div align="justify">Santiago, 2 de junio de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-33643789588410937942010-05-18T22:24:00.002-04:002010-05-18T22:30:16.643-04:00Noche oscura<div align="justify">¡Qué frío y qué silencio por las calles!</div><div align="justify">¡Qué oscuro y doliente va el alma!</div><div align="justify">Esa certeza negra, esos pasos rotos, la mirada nublada, el pecho entristecido.</div><div align="justify">Así vaga el ánima eterna del caído. Así claman sus horas vanas, una oración sin gloria.</div><div align="justify">Así desoye su rumor honesto y podrido, un dios sin nombre, en un cielo sin orillas.</div><div align="justify">Santiago, 18 de mayo de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-57618891912249698112010-04-28T10:43:00.003-04:002010-04-28T10:51:18.078-04:00Ya es noche<div align="justify">Acá donde se habita a tientas, donde se predica una verdad cada día más lejana, más extraña, más impropia. Acá donde quedan pocos espacios para ser.</div><div align="justify">Acá donde acotamos la mirada al interior, donde resolvemos ir despacio y desconfiando, donde de seguro muchos caerán.</div><div align="justify">Acá donde el valle se estrecha al caminar, donde la noche se dilata en la mañana, donde queda poco en qué creer.</div><div align="justify">Acá se levanta nuestra alma de la tierra, se inunda nuestro pecho con una nueva convicción y una esperanza:</div><div align="justify">Nos sabemos solos, infinitamente responsables, armados de valor. Porque corren tiempos de incerteza, donde no basta creer ni amar, sólo esperar.</div><div align="justify">Nos sabemos diestros, preparados, para alzarnos: esta es nuestra hora, el cenit de la pequeña luz que habita dentro, la respuesta final a la pregunta de los primeros días, de la noche que se hizo amiga... que se quedó para siempre.</div><div align="justify">Santiago, 28 de abril de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-5815104327565087942010-03-12T11:28:00.001-03:002010-03-12T11:32:21.961-03:00Acerca del fin<div align="justify">A lo mejor, te has preguntado si es el fin, si la tierra te castiga, o si es sólo un episodio repetido y necesario en los ciclos del planeta. Sea cual sea tu respuesta, reconoces que sólo un fin es importante: el tuyo.</div><div align="justify">Pero, como nadie tiene esa respuesta, conviene vivir en paz, sabiéndose libre pero entregado a un destino: sólo el alma, en su más profunda verdad, intuye algo, cuando busca a tientas su sentido.</div><div align="justify">Santiago, 12 de marzo de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-12498122083963754652010-03-01T16:14:00.002-03:002010-03-01T16:39:10.779-03:00Chi-le<div align="justify">En las cornisas de un continente, casi una isla, casi un último peldaño hacia al abismo. En los confines del mundo conocido, una vertiente de penas, un collar de lamentos cae sobre los escombros y baja quejumbroso sobre las laderas húmedas y sucias de los cerros.</div><div align="justify">En las costas más humildes y olvidadas, allá donde olía a carbón y pescado, allá donde se amasa el pan de los pobres, allá mismo el agua, la madre mar entierra esas dichas para siempre.</div><div align="justify">En medio del rugido infernal de la tierra, en medio del manto mortal del mar, salen adelante los sureños, a pesar de los falsos hermanos (padres e hijos del saqueo) y se levantan una mañana de marzo, armando su mundo con las manos, ungidas de sangre y de lodo.</div><div align="justify">Bajo una enorme Luna Llena, se forja un Chile en el dolor, se yergue un pueblo nuevo, más humilde quizá, más hermano de una tierra tan bella e insensiblemente mortal.</div><div align="justify">Santiago, 1 de marzo de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-51771234258510344952010-02-25T12:45:00.003-03:002010-02-25T12:51:40.426-03:00En cierto modo, todas las cosas.<div align="justify">Una maleta lista. Unos ojos casi ciegos. Unas monedas. Un anhelo inmenso de encontrar. Una mirada. Una estela perdida en finisterre. Un andar que es ir, pero es volver. Un despedirse con un beso interminable. Un "hola" que no se repetirá jamás. Un no tener más pertenencias que unos zapatos en medio de un vagón. Un ser hermano del más pobre de todos los hermanos. Un vivir la vida como si fuera eterna, como si fuera muerte, como si no fuera.</div><div align="justify">Un saberse sin saber nada seguro. Un pensar que es un sentir profundo. Un sentimiento fuera de toda explicación.</div><div align="justify">Un alma en fin que es, en cierto modo, todas las cosas.</div><div align="justify">Santiago, 25 de febrero de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-22501229140435989722010-02-09T22:12:00.003-03:002010-02-09T22:19:56.621-03:00Sin maletas<div align="justify">Ni el ojo ciego, ni la voz que se apaga, ni la espera, ni el verso roto antes de surgir. La estela perdida de una rosa en la ventana, la luz dibujada de amarillo, la receta siempre vaga de la noche.</div><div align="justify">Así, unas letras llenas sin amor, unas ideas huérfanas de un bus, mirando a la pradera, se hilan rojas, tristes, ciertas.</div><div align="justify">Ahora, que prometimos no esperar, que impusimos no buscar, las maletas sobran, los planes rugen arrugados en los cuadernos. La mente calla, el corazón duerme. ¿Y la respuesta? oigo el mar.</div><div align="justify">Santiago, 9 de febrero de 2010.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-83452005080255697292009-12-28T16:50:00.002-03:002009-12-28T17:01:19.631-03:00Promesas<div align="justify">Digamos que aún es tiempo. Pensemos que todavía se puede rescatar de los escombros la promesa recibida en un diploma. Sintamos que de nuestra riqueza vestida de harapos, que de nuestra luz oscurecida, puede salir a flote lo mejor. Pintemos los senderos de los días que irán quedando, arriesgando, confiando, tratando de no mirar atrás, sino para agradecer el acto indesmentible de ser, de seguir existiendo, aunque estén muy lejos nuestros sueños y las estrellas sigan silenciosas su camino.</div><div align="justify">Así, a pesar de no ver en los cielos más que nubes y azules recovecos, donde dibujar anhelos, daremos alegres nuevamente las mañanas, con la nostalgia de ver atardecer entre los dedos, entregando a la noche la mitad de nuestra alma, esa que nos fue robada de la cuna y nos hace suspirar.</div><div align="justify">Así, a pesar de sentir que falta tanto, a pesar de haber perdido tantas cosas, daremos la última moneda, la sonrisa y la esperanza a quienes vienen detrás, a quienes no pueden no creer.</div><div align="justify">Y un mañana de mañana, podremos partir satisfechos a la casa, hecha de madera, fruto de nuestros brazos en los brazos del mar.</div><div align="justify">Así, libres al fin, podremos navegar...</div><div align="justify">Santiago, 28 de diciembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-11333455614300155192009-12-23T12:16:00.002-03:002009-12-23T12:25:41.058-03:00Otra Navidad, otro niño.<div align="justify">Y no vienes con la estrella que se posará en Belén. Y no hay nombre que digan los pastores, ni te portan como ofrenda los reyes que de oriente vienen caminando, que ya están por llegar.</div><div align="justify">Te fuiste como las cosas que no llegan a ser, que serán como siempre una pregunta. Tu silencio eterno, que ahora también es nuestro, será nuestro modo de sentir, de recordar que antes hubo también otro niño que se encarnó en nosotros, que fue padre y mentor.</div><div align="justify">A ti, en nombre del otro al cual muchos invocan, te evoco, porque mis manos también abrazan, esperan y aman, lo que todavía no llega, lo que nunca llegará.</div><div align="justify">Porque no hay truco ni magia de mi mente que pueda más que el ser y el no ser de estos años que se vierten en estas calles sin nombre, donde soy pasajero y aprendiz, donde cobijo mis horas, mientras me toque partir como a ti.</div><div align="justify">Santiago, 23 de diciembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-43503033585250534462009-12-15T22:25:00.004-03:002009-12-15T22:31:30.681-03:00Todavía<div align="justify">En mi casa habita el silencio, porque no llegas todavía, porque te anuncias en la sonrisa escabullida a una tarde en el vagón, porque te asomas en la simpatía de una voz alegre, porque apareces en la rubia elegancia de hoy...</div><div align="justify">Pero, me pregunto todavía: "¿dónde estás?, ¿por qué no estás?, ¿qué esperas?, ¿volverás?</div><div align="justify">Y me responde el aire un tímido murmullo. Y me responde la noche un fugaz resplandor. Y me responde nadie y me lo dice todo.</div><div align="justify">Y duele saberte tan lejos, aunque cerca. Y duele vivir muriendo. Y duele no saber si fue, si es, si no será.</div><div align="justify">Y sobra tanto en mí esta noche, porque todo es para ti que todavía no estás...</div><div align="justify">Santiago, 15 de diciembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-59039377157385310742009-12-02T10:36:00.002-03:002009-12-02T10:51:51.174-03:00Monserrat<div align="justify">Iluminaste el vagón opaco del metro y, en medio de todas las personas, brillaste para siempre. Abrí los ojos y estabas tú.</div><div align="justify">Apareciste, tímida sin saber que relucías, sin sospechar siquiera que me salvabas de esta muerte, que me dabas la esperanza de soñar en ti, los días y noches que me quedan.</div><div align="justify">Avanzaste, temerosa, entre sonrisas, esas mismas que me dieron la fuerza para hablarte, desde mi silencio enorme y desconfiado.</div><div align="justify">Y fueron tu primera negativa y tus hábiles respuestas, la forma más sencilla, más inteligente de empezar a caminar.</div><div align="justify">Y, grande, distante, estática esperaste mi petición. Vuelvo hasta tu cumbre, Mon Serrat, decidido a no bajar de nuevo. Ahora que volví a encontrarte, ahora que así -como prometiste- lo quiso el destino.</div><div align="justify">Así, sin preguntarnos más ni algún porqué, cerremos los ojos, besémonos y avancemos juntos de la mano...</div><div align="justify">Santiago, 2 de diciembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-38800513917557274432009-11-30T18:29:00.004-03:002009-11-30T18:35:17.685-03:00Amèlie<div align="justify">Regresa, poco a poco, la poderosa atracción de unos ojos café atrapados en un rostro mil veces soñado, en una voz premonitoria, en una sonrisa prometida, antes de partir, antes de volver por fin a casa.</div><div align="justify">Reaparece, casi de la nada, la esperanza perdida del reencuentro, de ese compartir surgido del riesgo, de la intuición nacida en el primer vagón del metro, en la Estación Baquedano, una tarde de enero, hace ya dos años.</div><div align="justify">Casi resucita de nuevo la ilusión de no partir, de no alejarme nuevamente de la patria esquiva y siempre amada, de los brazos que me hagan soñar, anclar, edificar, amar mi sueño, la promesa recibida en un cometa, en la mente de un niño, un día de abril.</div><div align="justify">Santiago, 30 de noviembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-39031187976082041102009-11-26T11:19:00.003-03:002009-11-26T11:30:13.643-03:00Huesos<div align="justify">Huesos y no palabras hablan bajo tierra. Ahí, donde yacen los sueños, donde despiertan esperanzas, abrazando flores y recuerdos. Ahí, donde el silencio hace un puente entre dos mundos, tan cercanos y lejanos a la vez. Ahí, donde necesito estar cada vez que debo comenzar de nuevo a soñar, a pensar, a caminar.</div><div align="justify">Huesos del adiós, encarnación perdida un día de mayo, un día de abril. Huesos llenos de sentido, de obras, de puertas abiertas y cerradas. Huesos que hablan en la rosa del jardín, huesos que son, ellos mismos, la mejor promesa de volver.</div><div align="justify">Huesos también míos, ADN reforzado por la tosudez de luchar y de hablar, de enseñar y de aprender de todo y todos.</div><div align="justify">Huesos como libros, como letras, como versos heridos y honestos, perdidos y nuestros, a medio camino entre la tierra y el cielo.</div><div align="justify">A esos huesos hablo, a esa alma, dibujada entre las piedras, que habla y que susurra en mi ventana, que me abraza cuando tiemblo, cuando quiero morir.</div><div align="justify">A esos huesos tuyos, padre mío, abrazo cada día, para seguir la huella buena, la vocación indefectible del amor.</div><div align="justify">Santiago, 26 de noviembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-17633099930183357122009-11-06T18:42:00.001-03:002009-11-06T18:44:50.861-03:00Sin palabras<div align="justify">Que no te extrañe mi silencio en medio de todo el ruido. Que no te extrañe mi fría certeza del final de todas las cosas, cuando crees y buscas el sentido. Que no te extrañe mi mirada aparentemente distante, cuando piensas que estás cerca de cualquier descubrimiento. Que no te extrañe mi profética insistencia, cuando quisieras palabras vanas de consuelo.</div><div align="justify">Que no te extrañe mi abrazo herido de bondad, cuando buscas sólo asirte a la apariencia. Que te extrañe sólo un día, un instante, acaso un segundo si me ves conforme, calmo y reprimido. Porque alma de fuego cantan mis pupilas, porque vidas de luz y de sangre proclaman mis heridas, porque soy ajeno a todo y nada es mío, porque vivo entero a la vera del camino.</div><div align="justify">Santiago, 06 de noviembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-14164407821955420032009-11-03T19:34:00.002-03:002009-11-03T19:42:44.618-03:00Mi lucha<div align="justify">Uno sabe que no es el fin del camino. Uno sabe que debe luchar, porque no tiene más destino que su lucha, porque sólo sabe vivir así, porque la paz es el premio de los que no luchan, la dieta de los cobardes de corazón.</div>
<div align="justify">No anhelo esa paz del que todo lo tuvo, del que nunca supo qué es la falta. No añoro la paz del que no es capaz de levantarse, del que se queda dormido de mente junto a la escena del derrumbe de su mundo. No quiero la paz de los que se llenan el alma de dones que no merecieron, de virtudes que no pueden demostrar.</div>
<div align="justify">No quiero los cielos prometidos de antemano, cuando apenas importa el destino del prójimo, cuando nada cuenta la vista del pobre desde la ventana.</div>
<div align="justify">No quiero las tierras heredadas ni manchadas, las casas vestidas de espíritus inquietos, las puertas testigos de maldad.</div>
<div align="justify">No quiero la paz que queda cuando no se tiene la respuesta. Ni la herida sin nombre de la verdad. Quiero solamente mi lucha cada noche y cada día y la satisfacción de ver avanzar mi anhelo, el grito que resuena en mi conciencia, la llama que me quema por dentro y que pronto hará arder las avenidas, las casas, los palacios y los templos.</div>
<div align="justify">Si esa victoria no final, si ese andar en desapego de todo se llama paz, esa es la única que quiero.</div>
<div align="justify">Santiago, 03 de noviembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-67515330247212839762009-09-29T18:41:00.002-04:002009-09-29T19:37:43.315-04:00Primeros pasos...<div align="justify">No se apagará jamás nuestra luz, porque no estamos solos: somos nosotros la luz. Y nuestra fuerza habita en el silencio y salta a la palabra. Una fuerza vencida, pero mil veces vencedora. Una razón que crece, cuando todo deja de tener sentido. Una esperanza enorme, sin contenido. Un caminar sin rumbo y convencido.</div><div align="justify">Por esa misma fuerza que jamás del todo me abandona, y no antes de que todo se haya ido de mis manos, de que mi último impulso haya surgido de mis venas, habré cobrado nueva vida en las letras, habré nacido para siempre a la poesía.</div><div align="justify">En estos primeros pasos, al otro lado de todo, pasado el umbral de la creencia, respiro el aire incontaminado de todo compromiso, atisbo las suaves lomas sin perfil, acá donde todo ya pasó. Acá donde mi otra verdad me espera.</div><div align="justify">Santiago, 29 de septiembre de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-54460727267969586072009-08-26T22:52:00.003-04:002009-08-26T23:11:20.897-04:00Oración atea<div align="justify">Antes creyente, ferviente seguidor de Cristo. Luego, herido hijo de la Iglesia, pero todavía luchador convencido por el bien. Hasta ayer escéptico, desde hoy ateo, acepto la terrible apuesta de no mirar al cielo, de no rezar más, de hablar en mi silencio hacia un espacio sin eco, hacia un señor sin oídos...
Cómo he llegado a este punto, antiguo Señor al cual invoqué, amé y seguí...
Justamente, aplicando y viviendo en el bien, obteniendo por fruto el desarraigo, la traición, la duda, el tropiezo´repetido sobre la oración humilde maldecida. Así, me he ido convenciendo, cada vez más de que la moral, inspiradora de mi conciencia, última jueza de mi comportamiento, es una distinción falsa e inventada, pues ya no veo, no experimento diferencia entre el bien y el mal, más aún, hacer lo uno o lo otro se manifiesta indistinto para el destino del hombre, porque somos títeres del gran teatro del mundo y nos corresponde sólo actuar.
Además, puedo comprobar en mi vida ese conflicto vano por el bien, porque en definitiva si somos buenos, no es por el bien (con mayúscula si quieren) que responda por nosotros (no hay un abogado para el hombre bueno, para el pobre irremisible, para el devoto fiel, para el civil hombre de conducta irreprochable, sino sólo por nosotros mismos. No hay nada que nos pueda motivar más que nuestra invencible soledad humana. Todo lo demás es caricatura e invento, siniestro telón de terciopelo sobre las conciencias y conductas de los hombres.
Y mi oración, se apaga esta noche, para siempre. Comienzo, entonces, a sentir el más pesado de todos los silencios, el eco ajeno de mi propia voz, la libertad última del impío, desposeído de todo desengaño, sólo ante el espejo de su alma milenaria, la que lo vio nacer, la que no lo verá jamás morir del todo, su única respuesta al asco de existir una y otra vez, en el antro de todo desatino: la vida.
Es por todo lo anterior, insatisfecho de todas las respuestas que he buscado, de todo el bien que he prodigado, de todo el amor que he desperdiciado, que hoy comienzo a ser ateo, y siento el terrible peso de esa libertad: hija necesaria de la soledad existencial...
De ahora en adelante, esta será mi predicación: NO OBEDEZCÁIS NI A DIOSES NI A HOMBRES, SÓLO OS DEBÉIS A VOSOTROS MISMOS!!! Sea esta desde esta noche inmensa, intemporal, nuestro credo, nuestra fe, nuestra moral.
Concepción, 26 de agosto de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-5403189434646769662009-07-22T23:01:00.003-04:002009-07-22T23:08:15.817-04:00Pausa<div align="justify">Un momento de paz, breve y espacioso. Una pausa antes del combate. Un reducto en la orilla del camino. Un respiro de metal. Un frenar lentamente y pensar. Una excusa para volver a soñar...</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-44398333480072604782009-07-15T00:07:00.001-04:002009-07-15T00:07:54.744-04:00Preguntas<div align="justify">Cuando nada quede, cuando todo se haya ido a las estrellas, cuando no queden siquiera los recuerdos, ni los ecos suenen tras las cosas, y nada exista de todo lo que fue: ¿quién soñará por nosotros? ¿qué ojos mirarán al cielo buscando una respuesta? ¿qué pies andarán descalzos de todo sentimiento, sin saber de dónde vienen ni adónde van? ¿Será acaso el fin, el inicio de todo y nunca lo sabremos?</div><div align="justify">Santiago, 15 de julio de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-52314950999680566302009-07-14T12:27:00.003-04:002009-07-14T12:40:12.020-04:00El alma<div align="justify">Y el alma es todas las cosas: un piano, un paisaje escondido, un sol en el ocaso, un simple amanecer, una mano que viene a acompañarnos, una mirada que sonríe y que se va...</div><div align="justify">Una palabra y un café. La llegada, un abrazo y una despedida. Lo que da sentido al viaje y lo atesora. La esperanza de volver siempre, de sentir, de amar y de dolerse, sin terminar de vivir ni de morir...</div><div align="justify">Una vida hecha de encuentros, de "hola" y "hasta luego", de alegrías limpias, de silencios cruentos, de pasos que se quedan y siluetas que se van.</div><div align="justify">Una suerte de esperanza y de tortura, un yo identificado con las piedras, las nubes, las olas y las horas de la tarde. Un alma nacida en la mañana, hija de la luz entre las sombras, destinada a gastarse en su brillar. Un pálpito loco incontenible. Un sufrirlo todo en todos, un sentir propio lo demás. Un morir en vida. Un vivir la propia muerte como ajena, como un paso obligado, avanzado cada día hacia el centro de uno mismo.</div><div align="justify">Un alma que se sabe ya vivida, recorriendo tan intensamente el mundo y sus rincones, abrazando los aires humildes que soplan en las calles sin nombre, iluminando las miradas sin brillo del anonimato, escaldando espíritus, dando a luz nueva conciencia, amando un imposible de esperar...</div><div align="justify">Santiago, 14 de julio de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-14290944799036492622009-07-12T21:13:00.004-04:002009-07-12T21:21:14.806-04:00En la trinchera<div align="justify">Esa tensa calma, esa presencia que vaga, que adelanta la batalla. Ese escabullirse brevemente y cobijarse en un rincón. Ese ansiar la paz que nadie ofrece. Ese luchar insomne, hablando en el silencio hasta los codos, golpeando en la cabeza la esperanza.</div><div align="justify">Y mi casa es mi trinchera. ¿Cuánto más he de esperar el abrazo del mar, el susurro del viento y su caricia en mi frente? Pero la naturaleza me cobija en su verdor. Y esos parajes de cuentos me dan la fuerza para seguir. No puede ser vana tanta belleza. No puede ser imposible para mí la paz...</div><div align="justify">Santiago, 12 de julio de 2009.</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-58065568274039877182009-07-03T17:28:00.002-04:002009-07-03T19:34:59.206-04:00Desde mi casa...<div style="text-align: justify;">Pronto. Más temprano que tarde, mi lucha será desde las letras que vienen del campo, que nacen una noche junto al mar, que se manchan de preguntas al atardecer.
Desde ese día feliz, hasta la tumba, será un paseo en el lenguaje, un habitar entre signos, entre puntos suspensivos hilvanar la idea-carne, la huella-sentimiento, la visión-concepto, donde quepa lugar a los descargos de la era.
Desde aquel lugar del horizonte, donde amanezca fresco y la neblina susurre sus lamentos. Desde aquella herida de la tierra que mira al sur, levantaré la casa de las manos de cuero, de las patas de madera, la del carbón humedecido en la mañana, la de la leña crepitando en el hogar.
Desde aquel punto de llegada, de aquella meta antes soñada, saldrán epítetos al cielo, invectivas a toda la estructura, temblará seguido en la conciencia, en la que va quedando del tiempo.
Desde ahí esta familia de palabras, este baile de sonidos recogidos en los pies, irán a abrazar las nubes encogidas en los sueños, las manos ateridas del dolor y del engaño, las siniestras soledades que dejan los sistemas, los empujados a todas las orillas sin recursos, los hijos del frío y del silencio.
Así, sin dios, sin ley, dejando en el suelo de donde surgieron toda certeza fatua, todo conocimiento, todo fundamento nefasto, dejando sin frente y sin espaldas todo lo que existe y lo que no se nombra, como la abrumadora percepción del principio, como la terrible conclusión de todos los finales: la soledad inmensa, mortal-eterna del individuo ante sí mismo.
Valdivia, 3 de julio de 2009.
</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-20006946.post-89981544561367110602009-06-23T23:28:00.002-04:002009-06-23T23:45:19.745-04:00De regreso...<div style="text-align: justify;">Caminar hacia adelante, pero de vuelta. Regresar a la esencia de las cosas, volviendo de este breve viaje por el mundo concreto. Descubrir de repente que en los bolsillos no quedan esperanzas vanas y que suenan chocando entre sí las monedas rescatadas a toda hipocresía. Saberse vano y frágil, recubierto de buenas voluntades nacidas de la cuna, de la escuela, del sentido de justicia.
Lamentar que no sea cierta la promesa de que el mundo va a cambiar. Respirar la humedad que queda en la ventana, cuando dejamos de llorar. Anhelar la hora sin nombre del final, la hecatombe asquerosa y pura de Belial.
Revivir el suspiro suspendido de la noche. Avivar el oído en la penumbra. Auscultar los cielos fríos, enormes, negros, viejos, moribundos en el alma. Encontrarse tan lejos de cualquier misericordia. Reprobar el examen de astucia y mezquindad, de mentira disfrazada en lealtad, de miedo vestido en conformismo.
Temer la hora idiota del triunfo del canalla. Hallar en las manos las huellas de lo que está por venir. Mirar hacia atrás sin encontrar explicaciones. Llorar la pena herida de todo desconsuelo. Porfiar de noche con la melancolía y sus abrazos leprosos. Desgarrar el alma de toda incertidumbre. Tener por cierto que nada puede serlo. Rogar, gritar temblando al cielo y escuchar por siglos, por vidas, por la mía y de los míos... y oír el eco deformado de nuestra propia voz.
Escribir todo esto desde dentro, con la convicción del testamento, sin importar los días que queden por vivir...
Santiago 23 de junio de 2009.
</div>Marcelo Venegas Maldonadohttp://www.blogger.com/profile/03163077615652441332noreply@blogger.com0